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ARMAS IBÉRICAS PROCEDENTES DE LA NECRÓPOLIS BASTETANO-
(Fernando Leiva Briones, Cronista Oficial de Fuente-
Nuestro trabajo comprende una serie de armamento conservado en el Museo Histórico Municipal de Fuente-
Lam 1 Vista parcial vitrina 7 armasibericas.JPG
Las primeras noticias acerca de la aparición de armas en Fuente-
Hasta aquí lo que la bibliografía nos muestra al respecto; sin embargo, lo que posiblemente nunca sepamos es si en los lotes de piezas que el Cura y la Maestra enviaron a Córdoba para la creación del Museo Arqueológico Provincial figuraba algún tipo de armas, y en el caso de ser así, ¿qué ocurrió con ellas?... En este último Museo están registrados, entre otros materiales, varias puntas de lanza (desde la número 1.072 a la 1.088) como entregadas por el Sr. Maraver procedentes de Almedinilla y Fuente-
Lam. 6
Punta de lanza (nº. inv. 536-
Regatón de lanza (nº inv. 537-
Lam. 2. Guerrero ibérico con su panoplia (según Narciso Jurado Ávalos)
Aparte de lo expuesto, paisanos nuestros nos contaron que años anteriores a la Guerra Civil (1936-
Los objetos que hoy tratamos desempeñaron una muy variada función: Unos se usaron simplemente en labores cotidianas y otros fueron manejados por el guerrero bastetano en su doble vertiente, como armas ofensivas y defensivas, caso de los escudos. En cuanto a las armas ofensivas, traemos tres tipos: las que poseyeron asta de madera (picas, lanzas, pilum y jabalinas), las que carecieron de ese elemento (soliferreum) y las propiamente empuñadas (falcata y cuchillo). Las primeras y segundas pudieron emplearse indistintamente en el combate cuerpo a cuerpo o como armas arrojadizas, sobre todo la jabalina y el soliferreum; mientras las últimas sólo en el combate cuerpo a cuerpo. Las astas de madera, debido a su morfología y al rito de incineración practicado en el Mundo Ibérico, no nos han llegado.
La lanza se componía de punta o moharra, asta de madera y de un extremo (regatón o contera). Moharras y regatones eran de hierro forjado y se fijaban al astil mediante un tubo o cubo de enmangue que podía ser cilíndrico o cónico. La longitud total de una lanza (punta, astil y regatón) oscilaba entre los 175 y los 250 cm ; la punta, entre los 9,5 cm y los 73 cm , y el regatón entre los 20 y los 40 cm .
Durante siglos VI-
Lam. 3. Necrópolis de Los Villarones. Vista desde el Norte
El regatón era la pieza cónica que se colocaba en el extremo opuesto a la punta y se sujetaba al asta con uno o dos clavos que lo atravesaban por unos orificios hechos ex profeso, perforaciones y puntillas que también estaban presentes en las lanzas, picas y jabalinas. Solía tener un diámetro de 2 cm en el acoplo con el astil. Cuando alcanzaba una longitud igual o mayor que el de la moharra podía considerársele como arma arrojadiza del tipo verutum, falarica o pilum. La misión de la contera era triple: como elemento para hincar la lanza en el suelo, como arma arrojadiza si se partía el astil y como instrumento para rematar al enemigo malherido (7).
El pilum, la jabalina y el soliferreum están dentro de las consideradas armas arrojadizas. Los pila medían entre los 100 cm (o más) y los 20 cm de longitud, con un diámetro en el arranque del tubo de 2 cm y una punta semejante a la de los soliferrea. La sección podía ser aristada o circular.
La jabalina es menor que la de la lanza, de hoja estrecha y con aletas. Su asta llevaba adosada una fina correa (amentum) para facilitar su lanzamiento proyectándola más lejos.
El soliferreum es la tercera arma arrojadiza que recogemos, y la primera en cuanto a su importancia por el poder de penetración que poseía. Durante los siglos IV-
Lam. 4. Necrópolis de la Cabezuela. Vista desde el Sur
La falcata deriva de la machaira. Sus orígenes hay que buscarlos ya en el Mundo Griego, ya en los Balcanes o en Italia. Llega –la machaira-
La hoja de la falcata se compone de tres láminas soldadas por martilleo en caliente. Iba suspendida del cinto o del tahalí y estaba protegida por una vaina de materia orgánica (madera, piel o esparto) e incluso metálica, aunque esto es menos probable. La funda se completaba con pasadores metálicos permitiéndole llevar un cuchillo afalcatado adicional. Estos cuchillos, de amplia cronología, siempre fueron considerados como armas de prestigio. Desde el s. V a. C. y, sobre todo, en el siglo posterior forman parte de la panoplia del guerrero ibérico siendo armas inseparables de las falcatas, a cuyas fundas se adhieren.
La caetra.-
LAS ARMAS:
Nota: Los materiales de un conjunto cerrado se presentan unos tras otros. Para su estudio y comentario hemos seguido en todo momento la bibliografía adjunta, infra.
LANZAS Y/O PICAS:
Lam. 5
Pica (tipo “hoja de laurel”) (nº. inv. 523-
Esta pieza apareció el 16 agosto de 1977 en la pared de un hoyo abierto para plantar un olivo. Durante ese día y el siguiente Consuelo Fernández Nistal y el autor de este trabajo recuperamos del loculus el siguiente material: en cerámica, 6 platos o tapaderas de urnas, 7 urnas u ollas y 2 copas o “lamparillas”. En metal, como adornos o complementos de caballo: una mosquitera, o pinzas de depilar (nos inclinamos por la primera denominación) en cobre o bronce; una campanilla en bronce, diferentes elementos de bocado de caballo en hierro, las hojas (por separado) de unas mismas tijeras de hierro de esquilar y la pica descrita, punta que pensamos que formara parte, en vista del resto del material recopilado, del utillaje de un personaje dedicado a la ganadería caprina o, lo más probable, ovina. Dentro de las urnas se habían depositado los huesos calcinados del difunto, uno de esos huesos llevaba soldado un fragmento de hierro ¿punta de flecha? Esta tumba fue inventariada como número 1, por ser la primera que recuperamos. Se muestra en el Museo Histórico Municipal de Fuente-
Lam. 6
La moharra apareció (28-
Regatón de lanza (nº inv. 537-
Lam. 7
Punta de lanza de hoja estrecha y larga (nº inv. 547-
La superficie de esta estilizada moharra presenta en casi toda su superficie numerosas protuberancias, irregulares unas y globulares otras. A los 2 cm de la circunferencia de la base del arma existe una perforación por donde colaba el pasador de sujeción al astil. A los 4,6 cm de la base posee un anillo múltiple de fijación, ya que está compuesto a su vez por otros tres soldados (o forjados) con una anchura total de 0,9 cm y un diámetro de 2,25 cm en el aro central, que es el mayor, medida igual que el diámetro máximo del cubo. No posee ranura lateral ni capuchón o soldadura de cobre en el interior. Se une a la hoja mediante un estrangulamiento forjado por martilleo pasando de tener una sección circular (desde el comienzo hasta que aparece/n el/los anillo/s) a facetada rectangular (por espacio de 8 cm ) en la zona del arranque de los filos (divergentes) de la hoja. El nervio es de sección circular alcanzando 1/3 de la hoja, el tramo final, unos 4,5 cm , presenta una sección irregular aparentando ser rómbica, tal vez debido a la corrosión. Long. total 35 cm , aunque debió tener al menos un cm más, long. de la hoja 20 cm , ancho 2’8 cm, grosor hoja 0’5 cm, grosor hoja con nervios 1’1 cm, long. cubo 15 cm , diámetro cubo en el extremo 2’4 cm y profundidad del hueco del cubo 7,1 cm .
Esta moharra apareció en Los Villarones el 13 de septiembre de 1984, fecha en que fue incautada por la Guardia Civil de la Comandancia de Fuente-
Punta de lanza (nº inv. 548-
A 1 cm de la circunferencia de la base mayor del cubo troncocónico hay una perforación para el pasador de sujeción al asta. No tiene anillo de fijación ni capuchón o soldadura de cobre en el interior, pero sí posee línea de sutura de 1,6 cm . El cubo, a los 7 cm de la base, se une a la hoja mediante un abombamiento de aspecto troncopiramidal (de base cuadrangular de 1,5 cm de arista básica por 2 cm de arista lateral) forjado por martilleo. La base de la hoja arranca con los filos ovalados hasta los 4 cm , momento en que la punta alcanza la mayor anchura ( 4,8 cm ) y comienzan a converger oblicuamente. El nervio es de sección circular y la hoja plana.
La parte conservada tiene una long. total de 32 cm , pero debió ser mayor; long. de la hoja 23’5 cm, ancho hoja 4´8 cm, grosor hoja 0’2 cm, grosor hoja y nervios 0’8 cm, long. cubo 8’8 cm, diámetro mayor del cubo 2’5 cm y el menor 1,35 cm . El hueco interior tiene una profundidad de 7,75 cm .
Lam. 8
Regatón de lanza, ¿pilum corto? (nº inv. 549-
Material: hierro. Restaurado en 2000 (lám. 10, antes y después de la restauración). La pieza presenta un perfil cónico en su totalidad. Tiene pérdida de la base. La superficie presenta unos abultamientos irregulares ocasionados por orín antes de su restauración. Hasta los 4 cm de la base, que es el verdadero cubo, posee una sección circular tornándose a cuadrada (facetas producidas por el forjado) hasta la punta (el detalle del facetado nos hace dudar si se trata de un regatón o un pilum). A 0,5 cm de la abertura del cubo aparece un orificio para el pasador que lo fijaría al astil. Posee una ranura lateral que no pensamos que sea la línea de sutura, tampoco se aprecia soldadura en su interior. Medidas: 15,3 cm de largo, 1,95 cm de grosor del cubo, 4,2 cm de profundidad del cubo y 1,15 cm grosor en la parte central de la pieza.
Lam. 9 Lam. 10 Lam. 11
Cuchillo afalcatado curvo (nº inv. 550-
Lam. 12
Aro de abrazadera de falcata (nº inv. 552-
Lam. 13
Asa de caetra (nº inv. 553-
Se trata de un tubo cilíndrico hueco (de 9 cm de largo, 1’8 cm de diámetro y 0,7 cm de grosor) que se achaflana en los extremos con sendas placas (una falta) con las que se sujetaría al cuerpo del escudo. Long. total 11,2 cm .
Abrazadera de falcata (nº inv. 554-
Falcata 1 (nº inv. 555-
Lam. 14 Lam. 15 Lam. 16
Soliferreum (nº inv. 592-
Se trata de una varilla alargada conseguida por martilleo. La parte que nos ha llegado mide 132 cm y posee una sección circular, salvo en la zona inmediatamente posterior a la hoja y en la parte delantera del enmangue, en que la sección es cuadrada. Originariamente debió ser mayor ¿165 cm? Hacia la mitad se encuentra doblada intencionadamente siguiendo el ritual ibero. En el extremo conservado posee una punta foliácea (lanceolada) con nervio a lo largo de la misma presentado una sección romboidal de 9 cm y grosor máx. de 1’7 cm. A 73 cm del extremo de la punta se encuentra el éntasis de 19 cm . producido por forjado. Grosor máx. en la parte delantera del enmangue 1,7 cm , grosor que va descendiendo progresivamente hacia el final del mismo, en donde alcanza 1,2 cm . Grosor del extremo proximal de la punta 0,75 cm , grueso coincidente con la parte final del soliferreum. Francisco González Leiva, su descubridor y donante, lo encontró en 1977 y, según él, envolvía una crátera ibérica de campana (lám. 16), hoy conservada en el M.A.P. de Córdoba (14).
Lam. 17 Lam. 18 Lam. 19
Hoja plana ¿de puñal? (nº inv. 596-
Se trata de un fragmento de hoja triangular, plana y delgada presumiblemente de puñal. La base es irregular por fractura y los lados oblicuos son rectos. Tiene perdida la zona basal, parte del filo cerca de la punta y un tramo (de 2,5 cm ) del filo en el lado opuesto a 2 cm de la base. Carece de nervio, mango y estrías. Longitud máx. 16 cm , anchura máx. 4’5 cm, grosor de 0’35 cm en la parte central y 0,1 cm en los filos. Son estas características, y la de carecer de curvatura, las que nos inclinan a pensar que se trata de una hoja de puñal y no de una lanza ni de elemento de un escudo, si bien hay extremos de manillas muy semejantes en El Cigarralejo. Apareció como consecuencia de las tareas agrícolas que se hicieron en la necrópolis meses antes. Estaba depositada sobre un plato (nº inv. 595-
Extremidad de asa (pala o aleta) de escudo (nº inv. 597-
Consiste en una placa cóncavo-
Lam. 20 Lam. 21
Extremidad de asa (pala o aleta) de escudo (nº inv. 598-
Esta pieza, semejante a la anterior, es asimismo bitrapezoidal. En este caso, la parte conservada del trapecio menor es más esbelta que aquélla y las lañas se disponen en zonas diferentes. Tiene igualmente una long. máx. de 20 cm , una anch. máx. de 6,8 cm y un grosor de 0,25 cm por término medio. La cara externa posee dos grapas: una horizontal, fracturada en dos segmentos planos (uno duerme encima del otro) de 1,7 cm de largo, 0,8 cm de ancho y sección rectangular, y otra dispuesta verticalmente con el arco perdido siguiendo el eje mayor. Al interior de la paleta llegan las mismas grapas abiertas (todas tienen un grosor de 0,3 cm y una sección circular, con pérdidas de parte del cierre), y un remache abotonado próximo al filo de 0,7 cm . de diámetro y 0,3 cm . de alto (lám. 21, a la derecha junto a otros fragmentos recogidos en aquella ocasión).
Falcata 2 (nº inv. 599-
Lam.22
El arma se halla incompleta por faltarle el extremo distal, las láminas externas y la mayor parte del filo en la zona ventral. Muestra un aspecto rectangular y una sección triangular. Presenta rugosidades en las superficies de la hoja, dos golpes en el dorso y no tiene definida la empuñadura siendo, por tanto, difícil de reconocer si acababa en cabeza de caballo (por la que nos inclinamos), de ave o cualquier otro motivo. En la hoja se distingue una acanaladura que, arrancando en la base, va paralela al dorso (a 1 cm ) vislumbrándose otras paralelas. Las placas de refuerzo de la guarda aparecen damasquinadas de plata con una hoja de hiedra y otros signos difíciles de precisar. Se enmarcan en cenefas compuestos por una banda de plata coronada por otra, también de plata, con dientes de sierra (lám. 23), detalles éstos que vienen a confirmar, por un lado, el alto estatus social del difunto y, por otro, el carácter apotropaico del arma. La empuñadura se encuentra atravesada por dos remaches prismáticos -
Lam.23
Punta de lanza de hoja foliácea (nº inv. 600-
Lam.24
Asa de escudo (caetra) (nº inv. 601-
0.
Es un tubo hueco de 9,4 cm de largo, 1’8 cm de diámetro y 0,2 m . de grosor del anillo. Muestra una sección oval y posee ranura longitudinal en la zona lateral, ranura formada por la intersección del corte longitudinal de un extremo de chapa que duerme sobre la otra, operación realizada por martilleo. El interior cerca de uno de los extremos está atravesado por un pasador de hierro.
Lam.25
Cubo de lanza (nº inv. 637-
Se trata de un fragmento de un cubo cónico de una lanza. Mide 5,4 cm de largo, 2,35 cm de ancho en su parte media y 0,5 cm de grosor. Estado de conservación: mal. Presenta una fuerte oxidación y abundantes concreciones arcillosas antiguas, lo que impide observar si posee o no orificio para la fijación al asta; sin embargo, parece vislumbrarse en su interior soldaduras de cobre, detalle que se sabrá mejor una vez restaurado. Apareció en 1985 a consecuencia de las labores practicadas en el terreno para plantar olivos. Junto a este fragmento de lanza aparecieron 42 piezas revueltas en la tierra extraída del hoyo: una urna cineraria, un bolsal ático, veinticuatro cuentas de ágata, una concha marina, cinco fragmentos de diferentes vasos cerámicos, un fragmento de vaso ático, un plato (tapadera de urna) decorado con barniz rojo, siete fragmentos de hierro atribuibles a un soliferrum, seis fragmentos irregulares de hierro de los que dos supuestamente pertenecen a una falcata, una lasca pequeña de sílex. Además se recogieron numerosos fragmentos cerámicos y óseos calcinados (16). Denominamos a esta tumba nº 4.
Lam.26
Soliferreum (nº inv. 638-
Lam.27 Lam.28
Punta de lanza (nº inv. 795-
Según sus descubridores (Francisco Ruiz González, José Antonio Ruiz Matas y Rafael Ruiz Matas), se hallaba en un arroyuelo formado a raíz de las fuertes lluvias caídas ese año en el camino que va al cortijo de “Los Cortijeros”, situado en la necrópolis. La parte conservada de la moharra tiene una long. total de 8,75 cm , long. de la hoja 5,5 cm , ancho máx. hoja 1,2 cm , grosor hoja 0’2 cm, grosor hoja y nervios 0’7 cm, long. cubo 3,25 cm , diámetro mayor del cubo (de sección oval) 1,11 cm , diámetro mayor junto al arranque de la hoja 1 cm 0,8 cm el menor, profundidad del hueco 1,4 cm . Tiene pérdidas en el cubo, en la punta y en el filo de las hojas. No se aprecia anillo de fijación, pero posiblemente sí capuchón en el interior del cubo. Posee línea de sutura cerrada por martilleo y orificio del pasador para la fijación al astil a 0,7 cm del comienzo del cubo. Presenta una sección romboidal con fuerte nervio central y abundantes concreciones térreas en toda superficie. La base de la hoja arranca con los filos ovalados. Es la menor de las lanzas halladas hasta el momento en Fuente-
Falcata 3 (nº inv. 1.183-
El arma está completa con hoja de sección triangular. Está intencionadamente doblaba en codo (o matada) por la mitad siguiendo el rito ibérico de la muerte. Conservaba la pátina azulada oscura original casi en su totalidad, pátina que sigue manteniendo aún después de su restauración. Como el resto de sus aditamentos estaban separados, por lo que pensamos que no debió haber sufrido la acción del fuego.
Medidas: Longitud máxima 54,4 cm , longitud de la hoja en el filo dorsal 43 cm , grosor máximo de la hoja junto a las guardas 0,75 cm , grosor mínimo de la hoja 0,2 cm , anchura máxima de la hoja 4,9 cm , anchura mínima de la hoja 3,15 cm , longitud de la empuñadura 8,5 cm (parte externa) y 7,7 cm (en la interna), grosor máximo de la empuñadura 1,8 cm (a juzgar por las medidas de los pasadores), sin ellos 0,52 cm (junto a la guarda) y 0,2 cm al final de la lengüeta junto a la cerviz del caballo, anchura basal 6 cm , distancia de la punta a las estrías 7,5 cm , long. de los pasadores (de sección circular) 1,7 cm (el más próximo a la guarda), 1,8 cm (el central) y 1,3 cm el situado en la cara del caballo.
El extremo distal acaba en una aguzada punta, mientras el proximal o pomo lo hace en una figura de cabeza de caballo, miembro que estaba desprendido por la zona de la cerviz, concretamente a la altura del segundo remache contado a partir de las placas de refuerzo de la guarda, por lo que cuando se recuperó se le asignó a este trozo el nº inv. 1.184-
Lam.31
Placa de refuerzo de la guarda (nº inv. 1.183-
Pertenece a la falcata nº inv. 1183-
Lam.32
Se halla completa y conserva en su mayor parte la superficie y pátina originales, con la excepción de la zona baja del resalte para alojar el cuchillo afalcatado u otro instrumento aguzado y cortante. Un extremo de la cinta metálica de la abrazadera se fija, una vez que adquiere su forma característica, al otro extremo mediante un pasador metálico de sección circular, de 0,3 cm de grosor y 1,75 cm de largo. En la abertura dejada entre el pasador y el ángulo superior del codo de la abrazadera oscila la anilla de suspensión. Ésta, de aspecto plano por forjado, tiene un grosor irregular (máx. de 0,5 cm y mín. de 0,35 cm ), una anchura (horizontal) de 0,4 cm , un diám. exterior de 2 cm y un diám. interior (presenta un óvalo) de 1,25 cm (máx.) y 1,15 cm (mín.). Mide 8,15 cm de largo, 1,30 cm de ancho en la parte superior del resalte y 0,8 cm en la inferior y 0,30 cm de grosor por término medio en toda la cinta.
Esta abrazadera había sido depositada en la tumba fuera de la falcata (lám. 30), lo mismo ocurrió con la/s embocadura/s siguiente/s.
Embocaduras de vainas. Los cinco fragmentos recogidos (láminas 31 y 32, a la derecha) están inventariados con los números 1.183-
Tres de estos fragmentos conservaban la pátina original en un 90% de su superpies de las chapas, un pasador circular fragmentado por la mitad que servía de unión a las cintas y tres hombros rectos en las placas de la embocadura, placas de sección rectangular de 1,3 cm de ancho, 0,3 cm de grueso y 7,6 cm de long. El grueso externo de la embocadura es 1,75, mientras que en el interior, por donde se deslizaría la falcata es de 1,1 cm . Los otros dos trozos recogidos corresponden a otra embocadura diferente ¿de otra falcata o espada? Van marcados con los números de inventario 1.183-
Punta de lanza, Jabalina (nº inventario 1.185-
Lam.36 Lam.37
Lam.33
Lanza de hoja estrecha y esbelta con filos rectos casi paralelos. Carece de anillo de fijación y de capuchón o soldadura de cobre en el interior del cubo. La punta está atrofiada por pérdida parcial. Long. máx. conservada 42,2 cm , hoja 30,5 cm , anch. máx. de la hoja 3,1 cm a 3,85 cm del arranque de la misma (en el primer tercio) disminuyendo suavemente hacia la punta, grosor de la hoja 0,3 cm , grosor de la hoja con el nervio 1 cm , long. cubo 11,2 cm , diámetro máx. del cubo 2,5 cm , diámetro del cubo en la unión con la hoja 1,6 cm , profundidad interior del cubo 8,2 cm . El nervio es grueso y se manifiesta como una prolongación del cubo cónico hasta llegar al extremo distal. A 1 cm de la abertura del cubo se encuentra el orificio del pasador. Grosor pared del cubo 0,35 cm . El cubo tiene una abertura en sentido longitudinal de 6,5 cm para facilitar la penetración del astil. Debido a las características apuntadas, el arma fue concebida para ser empuñada y para el combate cuerpo a cuerpo.
Esta punta originariamente se hallaba en el enterramiento siguiendo una orientación E-
Lam.34
Falcata 4 (nº inv. 1.556-
Lam.35
Según don Antonio, “la espada” estaba doblada cuando la sacaron y él “la enderezó”. No sabemos qué método utilizaría ni con qué productos la trató para quitarle las concreciones terrosas que tuviese y para que se conservase en el buen estado en que se encuentra. Fue él quien le agregó la empuñadura de madera que tiene actualmente. Los deterioros que se observan (golpes en el dorso) son los que le ocasionaron voluntariamente quienes la depositaron en el enterramiento hace más de 2.300 años, y las señales de martilleo las realizó Sánchez Sicilia con el fin de enderezarla. Hay, sin embargo, pérdida en el extremo del gavilán inferior de la guarda derecha, en el filo de la hoja (entre los 10,5 cm y los 12 cm de la punta) y otras pérdidas menores hacia la mitad del filo en la zona más ancha de la hoja. También se nota que hubo descamación en la capa externa de las superficies sin que llegase a afectar a las más bajas y al núcleo.
El extremo distal acaba en una aguzada punta. A 21 cm de ese extremo se aprecia el lugar en donde sufrió la flexión la falcata. El proximal o pomo falta, por lo que no se sabrá si acababa en una figura de ave o caballo; en su lugar, el Sr. Sánchez puso una chapa férrea de cierre de aspecto rectangular con los ángulos romos de 2 cm de larga, 1,2 cm de ancha y 0,2 cm de grosor. Sujeta a la empuñadura con un remache que pudiera ser un ápice de la misma. Ésta se presenta abierta, con cuatro pasadores o remaches de diferentes secciones, dos en la lengüeta y otros dos en el tramo último de la empuñadura. Faltan, como dijimos, las cachas originales y en su lugar se han puesto de madera lisa. Las placas de refuerzo de la guarda no tienen decoración y van sujetas a la hoja con dos remaches, uno en la zona de arranque de las acanaladuras y el otro atraviesa los ángulos de los gavilanes (falta el derecho). Cada una mide 5,75 cm de larga, 1,4 cm en la parte más ancha de la cartela, 0,55 cm de grosor, 0,25 cm en la parte del arco y 0,3 cm de ancha. La parte central de la lengüeta de la empuñadura está muy marcada para el ajuste de los dedos índice y corazón, por un lado, y anular y meñique por otro.
Dos acanaladuras, que siempre van paralelas al dorso, arrancan debajo de la guarda separadas 2,3 cm , distancia que se acorta (a 1,5 m y por espacio de 14 cm .) cuando la hoja se estrecha para volver a separarse una vez que se ensancha hasta que convergen a 13 cm . de la punta. Dentro de las acanaladuras, un haz de 10 estrías parten, igualmente, desde la guarda; las centrales convergen a los 4 cm de las placas, mientras el resto corren paralelas a las acanaladuras mayores. Vuelven a 30 cm de la punta, y una vez que la hoja tiende a ensancharse, las estrías centrales van dibujando por espacio de 16,5 cm ocho figuras (líneas) lenticulares concéntricas.
Medidas: long. máx. 60 cm , long. de la hoja en el filo dorsal 50,2 cm , long. de la hoja en la zona media 48,7 cm , grosor máx. de la hoja junto a las guardas 0,78 cm , grosor mín. grosor de la hoja en el mismo lugar (abajo) y en su conjunto 0,15 cm , anch. máx. de la hoja 5,2 cm , anch. míni. de la hoja en el arco 3,8 cm , long. de la empuñadura sin la guarda 10 cm en la parte externa y 8,35 en la interna, grosor máx. de la empuñadura (pasadores y madera) 2 cm , grosor mín. en el extremo 1,8 cm , anch. basal 5,65 cm y distancia de la punta a las estrías 11,5 cm .
Proponemos para este conjunto la denominación tumba nº 6. Cronología: s. IV a. C.
CONCLUSIONES
A lo largo de las líneas antecedentes, hemos prendido, sobre todo, presentar una muestra de la panoplia armamentística ibérica expuesta en el Museo Histórico Municipal de Fuente-
Volviendo al comienzo del trabajo, nos reiteramos en el planteamiento de “lo que posiblemente nunca sepamos es si en los lotes de piezas que el Cura y la Maestra enviaron a Córdoba para la creación del Museo Arqueológico Provincial figuraba algún tipo de armas, y en el caso de ser así, ¿qué ocurrió con ellas?... En este último Museo están registrados, entre otros materiales, varias puntas de lanza (desde la número 1.072 a la 1.088) como entregadas por el Sr. Maraver procedentes de Almedinilla y Fuente-
Sea como fuese, lo cierto es que la Protohistoria de Almedinilla y la de Fuente-
NOTAS PIE DE PÁGINA
1. Cfr. FERNANDO QUESADA SANZ (1992): “Notas sobre el armamento ibérico de Almedinilla”. En Anales de Arqueología Cordobesa, nº 3, pág. 113.
2. VICENT ZARAGOZA, A. Mª (1984-
3. MARCOS POUS, A. y VICENT ZARAGOZA, A. Mª. (1983): “La necrópolis ibero turdetana de Los Torviscales, Fuente-
4. Vid: VAQUERIZO GIL, D. (1986a): “Ajuar de una tumba indígena, procedente de la tumba de los Villalones, en Fuente Tójar (Córdoba). En Arqueología Espacial, 9, pp. 349-
5. Vid. Libro Registro de Entrada de Objetos, Tomo 1. del Museo Arqueológico Provincial de Córdoba. Mi agradecimiento a don Francisco Godoy Delgado por haberme facilitado la consulta en el archivo del M. A. P. siendo director del mismo.
6. Vid.: LEIVA BRIONES, F. (1986): “Desde la Prehistoria a los primeros tiempos de la Romanización en el Museo Local Egabrense”. La Opinión, 2.983-
7. Cfr. Para QUESADA (1997: 307-
8. LEIVA BRIONES, F. (1997): “Presencia material griega en Fuente-
9. Iliturgicola es la ciudad iberorromana situada al Este de la actual villa de Fuente-
10. Todas las armas restauradas en 2000 lo fueron por Daniel Botella Ortega estando contratado por el ayuntamiento de Fuente-
11. El material de esta tumba lo cedimos para su publicación a Vaquerizo. Vid. nota nº 4.
12. Así lo declaramos al Diario Córdoba, pág. 15 (19-
13. Todo el material restaurado en 1994 lo fue en el Museo Histórico Municipal de Priego de Córdoba. Nuestro agradecimiento a don Rafael Carmona Ávila por su altruista labor.
14. Vid nota nº 8.
15. Así lo comunicamos en varias ocasiones, una de ellas fue al Dr. Vaquerizo. Cfr. Vaquerizo (1986b:44), op. cit.: “dos fundas de falcata de hierro con pasadores para la sujeción de una funda interior de cuero y abrazaderas exteriores para el alojamiento de pequeños cuchillos afalcatados”. Ello no concuerda con la opinión de Quesada (1997: 107, figura 52), op. cit.: “La vaina, según Quesada, es en realidad la manilla de un escudo; los pasadores son los clavos que sujetaban la manilla al alma del escudo y las abrazaderas para los cuchillos afalcatados son la sujeción de las anillas con que se colgaba el escudo al cuello”. El hecho de aparecer fragmentados los materiales se debe a la acción mecánica que sufrió la necrópolis en 1977. En las excavaciones practicadas en septiembre de ese mismo año se recogió más material perteneciente a este enterramiento, material que se trasladó al Museo Arqueológico Provincial de Córdoba y que se corresponde con la tumba nº 2, en la que apareció un vaso ático (precampaniense) fechado a mediados del s. IV a. C. (Vid. Marcos Pous, A.; Vicent Zaragoza, A. Mª., 1983, op. cit). Es la copa la que nos sirve para datar el conjunto que estudiamos.
16. Parte de este material ya fue publicado. Vid. FERNÁNDEZ NISTAL, C. y LEIVA BRIONES, F. (1985): “Aparición de otro ajuar ibero-
17. Esta falcata fue restaurada primeramente en los talleres de Almedinilla en 1989/90 por J. M. Tallada Lucena y J. Martínez Peñarroya. Vid. LEIVA BRIONES, F. (1991): “Una aproximación al ritual funerario ibérico”. Op. cit. y nota nº 3, pág. 69.
18. Ibídem.
NOTAS PIE DE LÁMINA
1. Vista parcial de la vitrina número 7: Armas ibéricas.
2. Necrópolis de La Cabezuela, vista desde el Sur.
3. Guerrero ibérico con su panoplia. Según Narciso Jurado Ávalos.
4. Necrópolis de los Villarones. Vista desde el Norte.
LAS DEMÁS LÁMINAS, TAL Y COMO APARECE EN EL PIE DE LA FOTO CORRESPONDIENTE.
BIBIOGRAFÍA GENERAL.
ARRIBAS, A. (1978): Los iberos. Edit. Ayma.
MÁRQUEZ CRUZ, F. SOLANO (1976): Pueblos Cordobeses de la A (a) la Z, pp. 212-
QUESADA SANZ, F. (2001): “Rellenando los mapas: Nuevos conjuntos funerarios ibéricos con armas en la provincia de Córdoba”. En Antiquitas, 13, pp. Priego de Córdoba. SIERRA MONTESINOS, M. (2003): Un lote de armas procedentes de la necrópolis ibérica de Torremorana (Baena, Córdoba)”. En Gladius, XXIII, pp. SIERRA MONTESINOS, M.; PÉREZ DAZA, F. (2002): “Nuevas aportaciones al estudio del armamento ibérico en la provincia de Córdoba”. Antiquitas, 14, pp. 21-
LEIVA BRIONES, F. (2008a): “Armas ibéricas procedentes de la necrópolis Bastetano-
Muchas Gracias, y muy agradecido, D. Fernando.
Si hay alguien interesado en obtener más información al respecto sobre este estupendo libro, hay que ponerse en contacto con D. Fernando Leiva.